La autora recomienda leer el cuento cuando los chicos ya estén en sus camas, a la hora de dormir, y en lo posible, con tono pausado y luz tenue. Sugiere, también, repetir la frase “para adelante y para atrás” más despacio que el resto del texto, como si fuera un mantra.
Cuenta con un prologo redactado por Maritchu Seitún.
Autor: Agustina Lynch